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La evolución de la caries

El proceso de la caries comienza cuando los restos alimenticios quedan retenidos en la boca durante cierto tiempo. En cuestión de minutos, empiezan a descomponerse y los "escombros" que se crean, serán aprovechados como alimento de las bacterias que existen en la boca habitualmente. Los productos de deshecho de esas bacterias después de su "comilona" poseen una gran acidez que irá disolviendo la capa más externa y dura del diente, el esmalte, y una vez perforada ésta, se abre el camino para que los agentes productores de la caries (bacterias), penetren en la capa más blanda (menos mineralizada) que es la dentina.

La caries se extenderá con rapidez, creando una gran cavidad. Conforme la caries avanza hacia el centro de la corona del diente, donde está la pulpa dentaria (habitualmente llamada "nervio"), la pieza se irá haciendo más sensible al frío, calor, dulces... Al principio la sensibilidad podrá aparecer tras uno de esos estímulos y tener poca duración, pero al final, ya habrá molestias de manera espontánea, llegando a ser incluso nocturnas.

El "nervio" puede llegar a destruirse (muerte pulpar) por la infección persistente, ahora la molestia pasa de ser esporádica a ser constante y de mayor intensidad. El dolor puede llegar a ser muy intenso e incluso aparecer un "flemón" (absceso dentario). Como decíamos, el flemón nos va a indicar que el nervio no solo está irritado sino que las bacterias han llegado a él y le han causado una infección. Ahora ya no sólo hay afectación del diente sino también del hueso y tejidos que están cercanos a él. En esta fase, la destrucción del diente o muela ya suele ser importante.

Tratamiento de la caries

Es importante entender que la caries va pasando por fases y el tratamiento adecuado dependerá precisamente de en qué momento sea cogido el proceso.

Primero el nervio sufre una irritación, es cuando sentimos sensibilidad de vez en cuando. En este caso, lo más probable es que limpiando la caries y haciendo una obturación (empaste), podamos solucionar el caso. Progresivamente la caries se va aproximando al nervio (tras un estímulo la sensibilidad o molestia se mantiene durante más tiempo). Ahora la limpieza tiene que ser mucho más profunda, la obturación más grande e incluso a veces debemos utilizar materiales especiales para proteger el nervio. El pronóstico de la restauración es más limitado que tratando la caries a tiempo.

Si la caries ha invadido el nervio (molestia continua, dolor nocturno o hinchazón) ya no podemos limpiar la caries y hacer un empaste. El nervio ya está afectado. Para tratar adecuadamente el diente o muela, deberemos primero quitar el nervio (desvitalización o endodoncia) y posteriormente restaurar la pieza con una gran reconstrucción. Como ha quedado claro, cuanto más tardamos en cortar el proceso que lleva la caries, más complejo será el tratamiento y más costoso mantener esa pieza en boca.

  • Controlando la dieta, evitando en lo posible los alimentos y líquidos más azucarados.
  • Procurando que los restos alimenticios permanezcan retenidos en la boca el menor tiempo posible, gracias a un cepillado correcto de los dientes y muelas, lengua y carrillos.
  • Eliminando aquellos restos alimenticios que por su tiempo de permanencia en boca ya se han transformado en sarro, quedando firmemente adheridos al diente. Este sarro sólo lo podemos eliminar mediante la limpieza de boca que nos hace el profesional.

Además de estas pautas, en los niños, también es aconsejable:

  • Reforzar el esmalte de las piezas que van haciendo erupción mediante suplementos de flúor.
  • Colocar sellados en fosas y fisuras en la muelas que van saliendo.

Los sellados

Se trata de colocar un material que rellena las fisuras naturales (rugosidades) de las muelas. Estas zonas rugosas de las muelas es donde con más frecuencia comienzan las caries y al taparlas evitamos que se retengan los restos alimenticios. Además facilitamos así que el niño pueda cepillarse de manera mucho más efectiva.

El material del sellado lleva flúor en su composición por lo que, además de hacer de barrera contra las bacterias de la caries, refuerza el esmalte de la muela. La colocación del sellado se hace sin anestesia, el niño no siente absolutamente nada y tampoco le produce después ninguna molestia, por lo que resulta también una forma ideal de comenzar las relaciones entre en niño y el cuidado de su boca en el dentista.

¿Cuándo es conveniente comenzar con este tratamiento preventivo de las caries?

Esta indicado a partir del momento en que hacen erupción las primeras muelas definitivas, que habitualmente va a ser alrededor de los seis años.

¿Cuándo no se pueden colocar los sellados?

Cuando haya indicio (sospecha) de que en esa muela ha comenzado una caries, ya que el sellado podría ocultar su avance.

¿Que duración esperamos del sellado?

Alrededor de un año o año y medio es el tiempo que se van a mantener eficazmente. No obstante, la duración puede ser muy variable.

Su sencillez de colocación, inocuidad, bajo coste y eficacia en la prevención de caries son aspectos que nos animan a indicar la aplicación de sellados en nuestros pequeños pacientes.

Efectivamente, esto es lo más habitual. El hecho de que exista una caries no significa que tenga que molestar. Las caries pasan inadvertidas, a veces durante mucho tiempo, antes de que produzcan algún tipo de síntoma. Ocurre sobre todo cuando la caries ataca a las caras en que contactan dos dientes o muelas, quedando así ocultas a la vista.

La caries, en sus comienzos, se limita sólo a zonas de las muelas o dientes que están alejadas del nervio y suele avanzar lentamente hacia la profundidad de las piezas dentarias volviéndolas poco a poco más sensibles a bebidas o alimentos fríos, calientes, dulces, etc., y cada vez con más intensidad. Éste puede ser un buen momento de tratar la caries, limpiando la pieza afectada sin tener que hacer una gran restauración.

Otras veces la caries es tan rápida y tan insidiosa que destruye el nervio antes de que éste se "entere" de la presencia del ataque de las bacterias y entonces se pueden producir grandes agujeros, destrucciones o roturas de las muelas o dientes sin haber sufrido ni siquiera la más mínima molestia. En este caso la salvación de la pieza es más complicada y habrá que recurrir a otro tipo de tratamientos (desvitalización o endodoncia) más largos y costosos para poder conservar la pieza tan destruida por la caries.

En resumen podríamos decir:

  • La mayoría de las caries no duelen.
  • La intensidad de la molestia o dolor no tiene por qué estar relacionado con el tamaño de la caries.
  • Cuanto antes detectemos las caries, más sencilla y duradera será la reparación de la pieza dañada.

"Funda" o corona de prótesis es una estructura confeccionada "a medida" que protege a un diente o muela que están debilitados por uno u otro motivo. Una vez colocada, debe tener la apariencia más similar al diente o muela natural a la que cubren, según el caso, y además hacer la función de masticación o estética que le corresponda.

Para su elaboración es condición indispensable que el diente o muela que va a recibir la funda esté previamente preparado, es decir, debidamente tallado o "desgastado".

Una funda tiene dos "capas":

  • Una interna, que no se ve, metálica, de forma parecida a la de un "dedal de costurera". Esta estructura metálica proporciona el ajuste exacto al diente tallado y también la resistencia de la futura funda.
  • Otra capa externa, de porcelana (cerámica) que da el color, la forma, tamaño y aspecto adecuado al diente.

Pasos en la elaboración de una funda

Debe quedar claro que no existen fundas de llegar y poner. Es un trabajo artesanal y minucioso en el que colaboran dentista y laboratorio de prótesis. Hasta poder colocar el trabajo en boca son necesarias varias pruebas.

En una primera visita (tallado e impresiones)

Hacemos el tallado ("desgaste") de la pieza dentaria y a continuación se toman unas medidas (impresiones). A partir de esas medidas obtenemos el molde de la boca completa. Este molde debe ser una réplica exacta de la boca. Ahora el laboratorio comienza a trabajar sobre esa copia de la dentadura. El trabajo del laboratorio es preciso y pasa por varias fases hasta conseguir un casquillo metálico ("el dedal").

En una segunda visita (prueba de metal)

Se prueba este casquillo metálico sobre el diente o muela. Comprobaremos el ajuste de sus contornos y tomaremos el color. Lo remitimos al laboratorio de nuevo para colocar la segunda capa, que es de cerámica (porcelana). Ahora tenemos ya la cofia metálica recubierta de cerámica pero sin brillo (cerámica en fase de bizcocho).

En la tercera visita (prueba de bizcocho)

Si hay un buen ajuste y el color es el adecuado, se manda al laboratorio para "glasear" (dar brillo) y por tanto terminar la funda.

En la última visita

Colocamos la funda (cementado) mediante un cemento o adhesivo dental.

Evidentemente, no todos los casos son idénticos y puede haber ligeras variaciones en la mecánica del tratamiento, pero en líneas generales así es una funda y así se confecciona.

Es aconsejable proteger y reforzar la pieza desvitalizada por lo siguiente:

  • La muela o diente que ha sido necesario desvitalizar, lo más habitual es que ya tenga una considerable destrucción a causa de la caries profunda que padecía y que llegaba hasta el nervio.
  • Después de desvitalizar la pieza hay que reconstruirla con un gran empaste pero a pesar de ello nunca podrá tener la resistencia de una pieza intacta.
  • Debido a que la desvitalización elimina el aporte sanguíneo y nervioso del diente, se produce al cabo del tiempo una debilitación lógica de la pieza que podrá producirle fracturas. Estas roturas o fracturas unas veces se podrán arreglar pero otras harán que la pieza se pierda definitivamente, teniendo que extraerla.

En resumen, podemos decir que, la desvitalización (endodoncia) es el tratamiento adecuado para rehabilitar un diente o muela que ha sufrido gran destrucción por caries. No obstante, para evitar riesgos de fracturas importantes y garantizar la vida de esa pieza a largo plazo (durante años) lo adecuado es colocar una funda sobre ella. En cada caso el especialista indicará el momento más adecuado para efectuar este tratamiento.

No es cierto esto que se dice de "se pierde un diente en cada embarazo". Existe la creencia de que el calcio necesario para el crecimiento del feto, es absorbido ("robado") de los dientes de la madre y que esta pérdida de calcio debilitaría los dientes, tanto como para perder alguno por destrucción, caries o extrema movilidad.

Realmente ésto no ocurre así. El calcio al que recurre el feto será el que proviene de la dieta alimenticia de la madre o bien del propio hueso materno, pero no de sus dientes. Por lo tanto, los problemas de dientes y encías que se producen con cierta frecuencia durante el embarazo tienen otras causas que vamos a comentar.

Existen unos importantes cambios hormonales que van a alterar el medio bucal (diente y encías). Además también tienen influencia los habituales cambios en cuanto a alimentación, tanto en calidad como en frecuencia (picoteos) y la mayor predisposición a vómitos (intensamente ácidos), que atacarán rápidamente al esmalte dentario y a las encías, al contactar con unos y otros.

Como consecuencia de todo esto:

  • Las encías se irritan, enrojecen y sangran con más facilidad (gingivitis).
  • Los dientes aumentan su movilidad, siendo esto más frecuente desde el 2º mes hasta el octavo.
  • Las caries que ya existen, pueden acelerar su evolución.

¿Cómo podemos evitar o reducir al máximo estos efectos negativos?

  • Manteniendo una dieta adecuada, en cuanto a tipo de alimentación y también en cuanto al ritmo; es decir, evitar los picoteos entre comidas. Si esto no lo podemos remediar, no nos quedará más remedio que ser un poco "esclavas del cepillo".
  • Debemos ser más constantes con el cepillado, después de cada comida o picoteo, y también tras algún vómito o regurgitación alimenticia.
  • Hacer revisiones más frecuentes para poder controlar el estado de encías y dientes. Al menos serían convenientes dos visitas: una al comenzar el embarazo y otra antes de finalizarlo.

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